jueves, 12 de septiembre de 2024

Puertos & Astilleros para la reindustrialización de Entre Ríos.

 

Por Jorge Leandro Sittoni y Hugo Enrique Pérez

El 12 de septiembre de 1961, el presidente Arturo Frondizi firmaba el decreto 7.992, base legal de la última gran estrategia de Desarrollo de la Marina Mercante y de la Industria Naval que tuvo la República Argentina. Cien años antes, en 1861, el industrial entrerriano Justo José de Urquiza creaba un astillero sobre el río Uruguay, naciendo el primer consorcio naviero del Río de la Plata.

Desde 1961 a la fecha, los argentinos nunca más contamos con una estrategia de Desarrollo Naviero que contenga a la Marina Mercante y la Industria Naval. Hoy, todo se reduce al negocio de la administración de la vía navegable hasta el puerto de San Lorenzo. Un negocio que se limita a si el estado nacional o un privado será el que cobrará el peaje fluvial; nada se dice que la República Argentina carece de una flota de buques de bandera y mucho menos sobre la Industria Naval nacional.

El modelo que el Contralmirante Horacio Esteverena llevó adelante durante el frondizismo constituyó una suerte de «revolución» porque significó una transformación profunda de la realidad naviera de Argentina, llevada adelante en dos etapas:

·         Al principio se encargaban los buques en el exterior y, en Argentina, se les realizaba el mantenimiento preventivo y correctivo en astilleros locales,

·         Posteriormente y en una segunda instancia, se comenzó a construir embarcaciones comerciales en esos astilleros que habían desarrollado su «know how» nacional.

La construcción naval es considerada en los países industrializados como una industria estratégica por tener importantes efectos multiplicadores en otros sectores industriales locales; en tanto que el beneficio sociolaboral debería ser el de generar empleo genuino, mano de obra calificada y capacitación para jóvenes y desocupados. A los efectos de dimensionar este beneficio,  se estima que por 1 empleado directo en la industria naval, se crean 2,5 empleos indirectos en las industrias subsidiarias y de servicios a ella asociados.

 

El Desarrollo Industrial de los puertos entrerrianos: la Industria Naval

Convencidos que la industrialización es la clave para poder llevar adelante un proceso de transformación profunda de Entre Ríos, basado en energía a bajo costo, con un sistema portuario moderno y una política inteligente de captación de inversiones privadas nacionales e internacionales es que consideramos que la Industria Naval debe ser parte del desarrollo portuario provincial.

En tal sentido, debemos tener en claro que un puerto es una herramienta de desarrollo regional. Por lo tanto, restringir su concepción de ser una simple interfaz entre dos modos de transporte[1] – como ocurre actualmente -, constituye un desacierto porque nos deja anclados a un modelo vetusto, de gestión aislada, burocrática, no comercial y en el que solo sirve para permitir el traspaso de las cargas del camión al buque, es decir, las funciones se restringen a cargar, descargar y almacenar mercaderías.

Por ello, creemos que los puertos entrerrianos deben iniciar un camino de transformación gradual. Ello implica que se conviertan en Centros de Servicios al Transporte, a la Industria y al Comercio. Así, tanto Ibicuy como Concepción del Uruguay deberían ofrecer servicios a la industria  que, aunque no guarden relación con la actividad de carga y descarga; comiencen a ser parte de la actividad portuaria, actividades consideradas estratégicas, como la Industria Naval.

Bajo el título de «Ibicuy, puerto y zona franca son llaves que abren las puertas al mundo» propusimos hace cuatro años que la «Gran Perla Entrerriana», además de devenir en el gran concentrador de cargas del Mercosur; se proyecte como un Polo de la Industria Naval dado que allí debería funcionar una gran zona franca comercial e industrial.

Con respecto al puerto de Concepción del Uruguay,  debemos recordar que en 2022, durante el gobierno de Alberto Fernández, se autorizó la entrega – partida del Dique Flotante D 4 que estaba emplazado en las instalaciones del ex Ministerio, actual Delegación Río Uruguay de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables  de la Nación. Para los uruguayenses fue un momento doloroso debido al vínculo productivo que mantenía el dique flotante con el Río Uruguay y su desarrollo.

 

La otra cara de la moneda es el grupo de uruguayenses, que a fines del 2021,  agremiados en torno a la Cooperativa de Trabajos Fluvial, Portuaria y de la Industria Naval «Azariel Ltda» – matrícula INAES 60.403  - presentaron un proyecto a la Administración Fernández y al gobierno provincial de Gustavo Bordet para conformar un «Complejo Productivo Fluvio Portuario Regional Binacional» con base en el puerto de Concepción del Uruguay. La propuesta consistía en generar una sinergia desarrollo productivista entre una Empresa – típica institución de la Economía Capitalista - y esta forma de Cooperación Obrera de Producción.

Entre Ríos es una provincia abrazada por dos ríos, este abrazo es una bendición y para lograr el desarrollo productivo de la región, ya no alcanza con que el puerto sea un lugar adonde se almacene y se transborden troncos de pino desde el camión hacia los buques de ultramar;  los puertos entrerrianos deben dar un salto cualitativo y es aquí, adonde la Industria Naval debe ser un protagonista importante. Quizás, se pueda comenzar resignificando lo que el tándem Frondizi – Frigerio llevaran adelante a través del Plan Esteverena – hace 63 años-, que bien podría ser el punto de partida para generar esa transformación profunda de la realidad actual que los entrerrianos nos merecemos.



[1] José Osvaldo Mazondo define como Puertos de Primera Generación a dicho puertos, típicos de la década del 60. Libro «El Nuevo Rol de los Puertos Argentinos», Editorial Poligrafik – Proamar año 1996