Por Marina Isabel Pagani – Docente Investigadora de UCU –
Consultado algunos documentos acerca de la Pandemia de Covid-19 se puede observar que ha afectado de manera desproporcionada y de distintas formas a la población de adultos mayores. Las transiciones demográficas y epidemiológicas actuales en el mundo requieren que cambiemos la forma en que tratamos y respondemos a las necesidades de nuestras personas mayores, especialmente en situación de emergencia por pandemia. Se ha resaltado las necesidades y las vulnerabilidades que tienen las personas mayores con respecto a su derecho a la salud; evidenciado las tasas de mortalidad más altas en personas mayores con comorbilidades y con deterioro funcional; y expuesto la fragilidad de los sistemas de salud para apoyar a los adultos mayores y considerar sus necesidades únicas, entre otras. El desafío de la pandemia brinda un abordaje diferente e intervenciones adecuadas a los adultos mayores, que considera la diversidad de estados funcionales y características de salud de esta población[1].
Los obstáculos pueden transformarse en oportunidades únicas en este siglo referido a nuestra forma de pensar y de obrar de nuestra sociedad respecto a la preocupación y ocupación de los adultos mayores para mantener y optimizar una vida más larga y saludable. La forma en que cada persona mayor puede verse afectada por Covid-19, o cualquier otra enfermedad, depende de su salud física y mental en general, por lo que la atención y el tratamiento siempre deben tener esto en consideración.
El resultado de la aplicación de las vacunas contra el Covid-19 está demostrando que aún en las personas con comorbilidades, el descenso de muertes es notable. No hay datos precisos aún en el mundo ya que no todos los países han aplicado las mismas políticas de salud pero se supone que sumado a un calendario de vacunas anuales, los porcentajes de fallecimientos por covid serían mínimos. La Organización panamericana de la Salud (OPS) “hace un llamado por una atención integral, integrada y centrada en la persona, y por servicios de atención primaria que respondan a las necesidades de las personas mayores”[2].
El envejecimiento saludable consiste en desarrollar y mantener las habilidades funcionales que permitan el bienestar en la vejez.
Incluso antes de la pandemia de la Covid-19, más del 50% de las poblaciones mayores en algunos países de ingresos bajos y medianos carecían de acceso a algunos servicios de salud esenciales, un problema que la pandemia ha exacerbado. Pero no basta con garantizar que los adultos mayores tengan acceso a los servicios básicos de salud, señaló Enrique Vega, jefe de la Unidad de Curso de Vida Saludable de la OPS. Los servicios también deben adaptarse a las necesidades específicas de las personas mayores.
En Naciones Unidas (CEPAL), el Informe de la reunión virtual denominada “EL IMPACTO DE LA PANDEMIA POR COVID-19 EN LAS PERSONAS MAYORES” (Ciudad de México, 29 de abril de 2020), Máximo Caballero, Encargado Nacional de la Unidad de Derechos y Buen Trato del SENAMA de Chile, invitó a ampliar las alianzas y acciones público-privadas y con la sociedad civil que favorezcan a las personas mayores. Recalcó que el aislamiento físico no debe convertirse en aislamiento ni exclusión social de las personas mayores y mencionó que la actual pandemia develó la importancia de la interdependencia y la solidaridad que debe existir en los países americanos para construir sociedades más justas y dignas. Agregó que[3] “los derechos humanos siguen estando vigentes y continúan siendo la perspectiva más efectiva para hacer respetar la autonomía de las personas mayores y fortalecer a las instituciones dedicadas al mejoramiento de la calidad de vida de las personas mayores en este momento” Basta pensar y poner en práctica políticas públicas de inclusión de forma inmediata y mediata para revertir datos que son deshumanizantes. En Argentina las políticas públicas en salud destinadas a la vacunación de adultos mayores han sido positivas y efectivas en esta franja vulnerable ya que ha sido de acceso para todos/as.
Concepción del Uruguay, 14 de junio de 2022.-
[2] La COVID-19 y Adultos Mayores – OPS/OMS | Organización Panamericana de la Salud (paho.org)
[3] file:///D:/Documentos/Downloads/S202007_es.pdf
Fuente: La Ciudad Revista