Por
Verónica Codorniu*
La medicina tradicional, a través de su arduo trabajo con
los pacientes no siempre logra paliar el sufrimiento de estos, en especial de
aquellos que padecen enfermedades crónicas y terminales.
Muchas veces el dolor agudo de un paciente postoperatorio, las patologías propias de este siglo como los ataques de pánico, depresión o trastornos como la angustia, ansiedad, hacen del hombre un ser que nada en la incertidumbre misma y que va perdiendo calidad de vida.
En Europa, las terapias alternativas están incluidas en los
planes de salud con reconocimiento de las obras sociales y los usuarios pueden
tener la posibilidad de acceder a las mismas. En países como Brasil o Estados
Unidos implementan muy bien estas terapias con los pacientes teniendo muy
buenos resultados.
Existen variadas evidencias científicas que documentan casos
de pacientes con patologías crónicas que han demostrado excelentes resultados y
avances con la aplicación de estas terapias. En muchos casos los mismos
pacientes son protagonistas del control de sus dolencias y con un
acompañamiento profesional especializado que los va encausando a mejorar su
calidad de vida o a tener la posibilidad de un buen morir.
Sabemos que la medicina tradicional atiende al
cuerpo con sus enfermedades y ahí es cuando las terapias alternativas vienen a
integrarse con la medicina tradicional para intentar completar a ese ser
sufriente y de esta manera recuperar la dimensión espiritual, que nos conduce y
ayuda a equilibrar todas esas dolencias que muchas veces los fármacos no logran
mitigar.
Una de las especialidades pioneras que
comenzó aplicar las diferentes terapias alternativas y complementarias ha sido
la oncología trabajando por años con pacientes con enfermedades oncológicas y
terminales.
Una institución que trabaja en el tema y realiza
investigaciones al respecto ,es La Clínica Mayo con sede central en Rochester,
Minnesota y sedes hospitalarias en Jacksonville
y Scottsdale y Phoenix, una entidad sin fines de lucro centrada en la práctica
clínica, la educación y la investigación. En nuestro país son muy pocos los
centros que trabajan sobre el tema, pero podemos citar al Hospital Municipal de
San Isidro. El Dr. Daniel Rosetti jefe del Servicio de Medicina del Estrés trabaja
con su equipo con terapias alternativas y complementarias entre otras.
Concluyendo, es momento de reconocer al
hombre como un ser holístico y tenemos la responsabilidad de una mirada
integral para actuar y favorecer la vida de nuestros pacientes y acercarnos a
una medicina más contemplativa y personalizada. Finalizo tomando una frase de
Buda.
“El dolor es evitable, el sufrimiento es opcional”
*Doctoranda en Ciencias de la Salud de Universidad Barceló.
Lic. En Enfermería. Univ. René Favaloro.
MP.69.645
Docente Universitaria. Univ. René Favaloro
Especialista en Discapacidad
Terapeuta Holística.