viernes, 12 de agosto de 2022

«Sin una nueva estrategia, Argentina no tendrá oportunidad de tener Marina Mercante»

 

Por el capitán fluvial Hugo Enrique Pérez


La República Argentina requiere del diseño de una nueva Estrategia para el Desarrollo y la Transformación de su realidad naviera y de la industria naval. Una tarea que demanda la participación de nuevos actores políticos con capacidad «de ver a través de la montaña», con visión prospectiva y un acabado conocimiento de la realidad internacional. 

En el Plenario ampliado de la FEMPINRA realizado el 29 de julio en la ciudad de Concepción del Uruguay, Juan Carlos Schmid, titular de dicha federación de sindicatos marítimos, portuarios y de la industria naval se refirió al puerto de Concepción del Uruguay como ejemplo de lo que ocurre en la Argentina, «parecen detenidos en el tiempo, tienen la misma infraestructura, las mismas avenidas, los mismos accesos, no se observa ningún progreso. ¿Saben por qué pasa eso? Porque no hay políticas, porque hay ausencia de políticas». Y cuestionó tajante, «la política se debate en cuestiones que no son estratégicas».

También señaló sobre el puerto de «La Histórica», «que no tengamos en marcha este puerto como corresponde, implica que hay una ausencia de estrategias». Al respecto debemos señalar que ocho años atrás, en el 2014, el mismo Schmid señalaba sobre la Argentina y su Marina Mercante «si uno no tiene un Plan adonde ir, seguramente, caerá en la estrategia del otro»

En segunda instancia, en Radio Cultura en el programa «Mirada País» que se emite todos los lunes a las 14 hs por www.radiocultura.com.ar, informaron que hay una serie de remolcadores de empuje que se estarían llevando desde el Registro Nacional de Buques de la República Argentina hacia la bandera del Paraguay. Incluidos los de una empresa de origen sindical y capitales nacionales.

El rumbo actual nos conduce, inexorablemente, a la defunción de nuestra Marina Mercante.

Debemos señalar, además, cómo la Ley de Marina Mercante de la República Argentina fue malograda en sus artículos más importantes debido al veto promovido por Nicolas Dujovne, que guiado por una mirada ortodoxa y fiscalista, terminó afectando esta norma; incluido, el hecho de que al día de la fecha hay 44 artículos de dicha norma sin reglamentar – transcurrieron ya 7 años y 2 administraciones gubernamentales  

Nada se hizo tampoco desde el gobierno nacional con las normas y reglamentaciones que constituyen verdaderos costos ocultos y que menoscaban el funcionamiento de la navegación de cabotaje nacional, marítima y fluvial. Cuestiones que van más allá de la malograda ley y demuestran esa falta de estrategia –  como se observa, con sancionar una ley, no alcanzaba-.

Beafreu sostenía que «la Estrategia es un medio de acción política» que debe provenir del más alto nivel de decisión que, en este caso, es el gobierno nacional. No es responsabilidad de empresarios ni de dirigentes sindicales desarrollarla, aunque deberían ser llamados a participar de la misma.

Desde el gobierno del desarrollista Arturo Frondizi, entre 1958 – 1962 y hasta el momento transcurrieron 60 años. En ese período de tiempo, la República Argentina no volvió a tener una estrategia – concepción - de desarrollo de la Marina Mercante y mucho menos un Plan – diseño del gran objetivo nacional -,  solo se aplicaron medidas aisladas y ¿al boleo?. Se confundió Estrategia con Táctica y así mientras nuestros vecinos de la República del Paraguay y la República Oriental del Uruguay crecieron, los funcionarios políticos argentinos siguen durmiendo la siesta y nuestra marina mercante está en peligro de extinción, vamos con rumbo de colisión al iceberg, lo tenemos en la proa.

En este contexto, el dragado en el río Uruguay es un caso paradigmático que debe ser objeto de análisis, por constituir una suerte de «leading case», porque dejó en evidencia que el poder real regional no habría tenido el peso político suficiente para influir en una licitación internacional.

Contra todo pronóstico, la empresa que podría resultar elegida por la Comisión Administradora del Río Uruguay – CARU – para el mantenimiento del dragado de esa vía fluvial binacional sería  la holandesa Boskalis, sumado a ello, la Delegación Argentina fracasó en el desarrollo de la navegación fluvial con bandera nacional, justamente por carecer de una estrategia en tal sentido.

 

La Teoría de las dos R: REALIDAD Y RESULTADOS

Aunque no está dicha la última palabra, la empresa belga Jan de Nul ¿el caballo del comisario? resultó en segundo lugar en la calificación técnica de la licitación internacional convocada para el dragado del río Uruguay. Mucho ruido, pocas nueces y ¿falsas promesas?

En el ambiente naviero nacional, había trascendido que la empresa de capitales belgas contaría con el apoyo explícito del poder político real de la región de la zona de Concepción del Uruguay para ganar dicha licitación – ¿el mismo poder real que habría gestionado ante el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, para que se designara como subsecretario de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante a Leonardo Cabrera? ¿la misma rosca política que habría operado la designación como presidente de la Delegación Argentina de la CARU a José Eduardo Lauritto y como delegados CARU a la colonense Zulma Lambert y al concordiense Hernán Orduna? Difícil saberlo con certeza..

Tomando lo ocurrido en el río Uruguay y analizando a través de la «Teoría de las dos R» podríamos indicar que si la única verdad es la REALIDAD, la estrategia de desarrollo del río Uruguay  iniciada en 2018, dragado mediante, fracasó; y teniendo en cuenta que la diferencia entre un charlatán y un operador político son los RESULTADOS, podemos inferir que el Poder Político Real de la región Concepción del Uruguay, no habría tenido el Peso Específico necesario para hacer prevalecer sus decisiones en la vía navegable, o sea, en el Tablero Estratégico Regional.

Lo señalado en el párrafo anterior, ocurre a nivel nacional y ello nos debería llamar a la reflexión. Por lo que podríamos afirmar que «algo o alguien no nos permite a los argentinos, desarrollar nuestra Marina Mercante Nacional»; o bien, «algo o alguien, en la Argentina, está haciendo mal las cosas».

Creemos que no siempre la culpa es de los otros, en principio, se gastó tiempo y esfuerzo –que luego devino en frustración – en sancionar una ley de Integración Regional Fluvial, Marina Mercante y la Industria Naval Nacional. Quizás, el error fue buscar una solución a un problema careciendo de estrategia, recurriendo a una Ley, que es el instrumento que se utiliza para «bajar ese Gran Objetivo Nacional a la realidad».

Por ello, los argentinos no debemos repetir los mismos errores ni poner al frente de las gestiones y del diseño de las Estrategias a aquellos actores políticos que ya demostraron su fracaso, dejándonos en la actual situación de crisis, de cuasi extinción de nuestra Marina Mercante Nacional.

Políticamente, si queremos desarrollar y transformar nuestra REALIDAD y así obtener los mejores RESULTADOS, debemos convocar a nuevos actores políticos y buscar nuevos interlocutores. En definitiva, trazar un nuevo rumbo.

El diseño de esa NUEVA ESTRATEGIA demandará de la participación de nuevos actores políticos  capaces «de ver a través de la montaña», con visión prospectiva y conocimiento de la realidad internacional; de lo contrario, los argentinos seguiremos sufriendo la misma realidad, es decir, navegando a la deriva, sin rumbo fijo y a merced del viento y de la corriente…dicho de otra manera, seguiremos cayendo en las estrategias de los otros.