El presidente de la República Argentina dictaría un Decreto de Necesidad y Urgencia que sentaría nuevas reglas para la licitación por el dragado y balizamiento de esa fenomenal estrategia internacional que se encuentra explicitada en el Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay – Paraná. Esta vez, las nuevas condiciones que impondría Javier Milei, favorecerían los intereses estratégicos de Entre Ríos.
La decisión de la máxima conducción
política de la República Argentina
de incluir en la planificación de dragado
de la vía navegable troncal a los ríos
Paraná Guazú, Paraná Bravo y Pasaje Talavera, implica ubicar al puerto entrerriano de Ibicuy en el centro del Tablero
Estratégico Portuario Internacional, en tanto que la provincia de Entre Ríos podría
devenir en una Plataforma Logística Regional al servicio de la Mesopotamia
Argentina y los estados asociados a la misma.
El decreto que firmaría el presidente Milei podría ser el punto de partida para construir la «Matriz del nuevo Modelo Logístico y Productivo de las próximas décadas».
Si bien con un decreto no alcanza, desde el Pensamiento Estratégico, los argentinos en general y los entrerrianos, en particular debemos ser capaces de desarrollar esa Estrategia que tutele los Grandes Intereses Nacionales, por un lado y los de Entre Ríos, por otro.En nuestro libro, «El Río Uruguay…la llave que nos abre las
puertas al desarrollo», señalamos
la importancia estratégica de que Entre
Ríos mute su eje geopolítico al N-S y lidere un Proceso de Integración Nacional
por Infraestructuras junto a Corrientes y Misiones, pasando a conformar la «Región
Mesopotamia Argentina», asociada a Paraguay, Brasil, Bolivia y Uruguay; un
espacio geopolítico que los entrerrianos podríamos liderar y, acaso ¿no
estaríamos con proa al gran sueño de Francisco Ramírez?.
En ese esquema, el puerto entrerriano de Ibicuy, debe
ser un gran espacio industrial adonde funcione un gran Polo Internacional de la
Industria Naval; siguiendo aquella «Visión del Hombre del
Interior» que creó el primer Consorcio Naviero Regional del Río de la Plata,
que incluía el funcionamiento de un astillero en la ciudad de Salto, Uruguay. Esto ocurrió a partir de 1861, cuando Justo
José de Urquiza fue dueño de todas las acciones de la «Nueva Compañía Salteña
de Navegación a Vapor».
Primero
fue Francisco Ramírez con su sueño de la «República Federal Entre-Riana» y
luego el «Tata Justo» con aquella Estrategia de Desarrollo Regional que
tuvo su epicentro en los puertos y en las vías navegables vinculadas a su
tierra natal, ambos deben servirnos como fuente de
Inspiración e Influencia, si es que queremos lograr una transformación profunda
en la región.
Para ello, debemos tener una Visión Estratégica capaz
de ver más allá de la montaña. Al respecto, en enero del 2019, Jorge Leandro Sittoni publicaba una Nota de Opinión
en www.compromisofluvial.com y afirmaba que
el «Puerto de Ibicuy: es la llave
que abre las puertas al mundo», señalaba las potencialidades de dicha
estación fluvial entrerriana a la que calificó como «la “Gran Perla Entrerriana”,
indicando que «está ahora en manos de quienes deciden, si la convierten en una joya
o la dejan en bruto y sin brillo». Así, hace más de cinco años –
mediano plazo en la lógica del Pensamiento Estratégico -, sugería al poder
político que «tengamos capacidad de anticipación y preparemos el camino para
consolidar un futuro de prosperidad para todos».
En pleno 2024 y frente a la visión apocalíptica en el
sentido de que el puerto de Montevideo con su dragado a 14 metros – hoy
enredado en una Trama de Intereses contrapuestos - y de las inversiones
portuarias sobre el río Uruguay que dejarían a la Argentina fuera de juego,
surge una propuesta superadora.
El presidente Milei tiene en sus
manos cambiar el paradigma portuario regional, en tanto que los entrerrianos
debemos hacer lo propio en el puerto de Ibicuy; adonde se concentran las potencialidades capaces para competir
sin mayores problemas con Montevideo y Nueva Palmira en simultáneo; además de
surgir nuevas oportunidades de inversión fluvial, portuaria e industrial para
la costa entrerriana sobre el Paraná Guazú.
Con las políticas públicas adecuadas, los argentinos
pondríamos proa hacia una Transformación Profunda que cambiaría las bases del negocio fluvial en la Cuenca del
Plata, inclusive, podría articular la Argentina Fluvial con la Argentina
Marítima Patagónica. Ibicuy no solo sería la salida Transoceánica de los
Intereses asentados en la Hidrovía Paraguay Paraná, sino que podría vincular a
las regiones productivas ubicadas en el Río Uruguay y el Río Alto Paraná – como
ejemplo, los contenedores de madera correntina que se cargan en Posadas y se
exportan por Zárate, podrían salir al mundo por nuestro Ibicuy -.
Como
se observa, si los entrerrianos queremos «hacer
estrategia», debemos resignificar nuestra historia y así tener un punto de
partida para que Entre Ríos se gane un lugar de privilegio en el negocio
portuario internacional y así devenir en la Gran Plataforma Regional de la
Mesopotamia. Esperanzados en ello, nos
permitimos volver a señalar lo escrito hace 5 años atrás, que «seamos capaces de anticiparnos y preparemos el camino para consolidar
un futuro de prosperidad para todos».