miércoles, 17 de julio de 2024

Editorial: la potencialidad de la «Gran Perla Entrerriana» para cambiar el negocio portuario en la Cuenca del Plata.

El presidente de la República Argentina dictaría un Decreto de Necesidad y Urgencia que sentaría nuevas reglas para la licitación por el dragado y balizamiento de esa fenomenal estrategia internacional que se encuentra explicitada en el Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay – Paraná. Esta vez, las nuevas condiciones que impondría Javier Milei, favorecerían los intereses estratégicos de Entre Ríos.


La decisión de la máxima conducción política de la República Argentina de incluir en la planificación de dragado de la vía navegable troncal  a los ríos Paraná Guazú, Paraná Bravo y Pasaje Talavera, implica ubicar al puerto entrerriano de Ibicuy en el centro del Tablero Estratégico Portuario Internacional, en tanto que la provincia de Entre Ríos podría devenir en una Plataforma Logística Regional al servicio de la Mesopotamia Argentina y los estados asociados a la misma.

El decreto que firmaría el presidente Milei podría ser el punto de partida para construir la «Matriz del nuevo Modelo Logístico y Productivo de las próximas décadas».

Si bien con un decreto no alcanza, desde el Pensamiento Estratégico, los argentinos en general y los entrerrianos, en particular debemos ser capaces de desarrollar esa Estrategia que tutele los Grandes Intereses Nacionales, por un lado y los de Entre Ríos, por otro.

En nuestro libro,  «El Río Uruguay…la llave que nos abre las puertas al desarrollo», señalamos la importancia estratégica de que Entre Ríos mute su eje geopolítico al N-S y lidere un Proceso de Integración Nacional por Infraestructuras junto a Corrientes y Misiones, pasando a conformar la «Región Mesopotamia Argentina», asociada a Paraguay, Brasil, Bolivia y Uruguay; un espacio geopolítico que los entrerrianos podríamos liderar y, acaso ¿no estaríamos con proa al gran sueño de Francisco Ramírez?

En ese esquema, el puerto entrerriano de Ibicuy, debe ser un gran espacio industrial adonde funcione un gran Polo Internacional de la Industria Naval; siguiendo aquella «Visión del Hombre del Interior» que creó el primer Consorcio Naviero Regional del Río de la Plata, que incluía el funcionamiento de un astillero en la ciudad de Salto, Uruguay. Esto ocurrió a partir de 1861, cuando Justo José de Urquiza fue dueño de todas las acciones de la «Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor».

Primero fue Francisco Ramírez con su sueño de la «República Federal Entre-Riana» y luego el «Tata Justo» con aquella Estrategia de Desarrollo Regional que tuvo su epicentro en los puertos y en las vías navegables vinculadas a su tierra natal, ambos deben servirnos como fuente de Inspiración e Influencia, si es que queremos lograr una transformación profunda en la región.

Para ello, debemos tener una Visión Estratégica capaz de ver más allá de la montaña. Al respecto, en enero del 2019, Jorge Leandro Sittoni publicaba una Nota de Opinión en www.compromisofluvial.com y afirmaba que el «Puerto de Ibicuy: es la llave que abre las puertas al mundo», señalaba las potencialidades de dicha estación fluvial entrerriana a la que calificó como «la “Gran Perla Entrerriana”, indicando que «está ahora en manos de quienes deciden, si la convierten en una joya o la dejan en bruto y sin brillo». Así, hace más de cinco años – mediano plazo en la lógica del Pensamiento Estratégico -, sugería al poder político que «tengamos capacidad de anticipación y preparemos el camino para consolidar un futuro de prosperidad para todos».

En pleno 2024 y frente a la visión apocalíptica en el sentido de que el puerto de Montevideo con su dragado a 14 metros – hoy enredado en una Trama de Intereses contrapuestos - y de las inversiones portuarias sobre el río Uruguay que dejarían a la Argentina fuera de juego, surge una propuesta superadora.

El presidente Milei tiene en sus manos cambiar el paradigma portuario regional, en tanto que los entrerrianos debemos hacer lo propio en el puerto de Ibicuy; adonde se concentran las potencialidades capaces para competir sin mayores problemas con Montevideo y Nueva Palmira en simultáneo; además de surgir nuevas oportunidades de inversión fluvial, portuaria e industrial para la costa entrerriana sobre el Paraná Guazú.

Con las políticas públicas adecuadas, los argentinos pondríamos proa hacia una Transformación Profunda que cambiaría  las bases del negocio fluvial en la Cuenca del Plata, inclusive, podría articular la Argentina Fluvial con la Argentina Marítima Patagónica. Ibicuy no solo sería la salida Transoceánica de los Intereses asentados en la Hidrovía Paraguay Paraná, sino que podría vincular a las regiones productivas ubicadas en el Río Uruguay y el Río Alto Paraná – como ejemplo, los contenedores de madera correntina que se cargan en Posadas y se exportan por Zárate, podrían salir al mundo por nuestro Ibicuy -.

Como se observa, si los entrerrianos queremos «hacer estrategia», debemos resignificar nuestra historia y así tener un punto de partida para que Entre Ríos se gane un lugar de privilegio en el negocio portuario internacional y así devenir en la Gran Plataforma Regional de la Mesopotamia. Esperanzados en ello,  nos permitimos volver a señalar lo escrito hace 5 años atrás, que «seamos capaces de anticiparnos y preparemos el camino para consolidar un futuro de prosperidad para todos».