Nunca es demasiado tarde si usamos la ciencia al servicio del espacio que habita el hombre.
*Por Marina Isabel
Pagani Dupont
“La ciencia es un encuentro entre la mente y la materia. No da cuenta
más que de eso: de la relación que tiene el hombre con su entorno. Las ciencias
no pueden separarse de la aventura humana. Si no contemplan esto, están dejando
afuera tan luego la vida. Y una ciencia que refleja una relación de muerte y de
inarmonía, es una ciencia que lleva a la bomba atómica”[1]
En una breve introducción se puede decir
que la ciencia no puede actuar sola. Esto quiere decir que el ser humano debe
ser racional, emocional y naturalmente ser social, para socializar
positivamente e intervenir el espacio natural de forma sustentable utilizando
los recursos al servicio de toda una sociedad urbana, suburbana o rural en
términos generales.
¿Sabemos con qué fin aparece el estudio de
la Ecología décadas atrás?
En décadas anteriores al año 1960, las disciplinas eran estudiadas y tratadas como compartimentos estancos, esto quiere decir, en forma separada entre sí. Nada tenía que ver la Química con la Biología, con la Matemática, la Historia, la Geografía con las Ciencias Agronómicas, con la flora o la fauna, la cría de ganado, el sembrado de cultivos, la contaminación o la vida saludable del hombre. Dice Brailovsky, E.
(2009), la Ecología aparece cuando la ciencia
provoca desastres. Analizando estas palabras comienzo con un primer desarrollo.
Desde las épocas del Siglo XVIII con el
auge de la Revolución Industrial, el maquinismo impuso la división social del
trabajo. Los artesanos y muchos obreros fueron reemplazados tímidamente por
máquinas poco a poco. Desde los bellos y artísticos trabajos manuales
artesanales a la digitalización o a los hologramas llegamos rápidamente y en
forma vertiginosa al mundo de hoy dejando en el camino principios, valores,
verdades, justicias e injusticias, equidades e inequidades, igualdades y
desigualdades, brechas más estrechas o más profundas…brechas al fin (esto
quiere decir que la brecha es tan vieja como el mundo mismo)
El hombre ilustrado del Siglo XIX era poseedor
de una vasta cultura y propietario de una amplia franja de conocimiento
entendido como poder social al que sólo algunos pocos accedían. El conocimiento
en el Siglo XXI sigue siendo considerado poder para el bien o utilizado para la
guerra. Basta recorrer los titulares y observar la devastación entre Ucrania y
Rusia, a modo de ejemplo y/o entre otros países.
El
hombre culto fue reemplazado por el especialista, éste fue reemplazado por el
hombre con dinero y éste reemplazado por las grandes corporaciones con
muchísimo dinero y capitales de las más variadas caracterizaciones.
¿En qué espacio quedamos viviendo
nosotros, los seres mortales que habitamos este mundo?
¿Sabemos que las grandes concentraciones
de población y de poder por un lado y las grandes pobrezas y zonas vulnerables,
por el otro nos van a destruir como planeta?
¿Qué ganamos y qué perdimos con la
especialización de las ciencias?
¿Entendimos que los compartimentos
estancos deprimen y hacen agonizar la realidad y que la articulación entre
saberes potencian el conocimiento y los trabajos en equipo?
Vivimos en un mundo urbano con
amontonamientos poblacionales y con
escasas o deficientes fuentes laborales,
en un mundo periférico empobrecido y cada vez más densamente poblado y en un mundo rural cada vez más prisionero
de grandes corporaciones con pocas
posibilidades de supervivencia familiar que trae aparejado el alejamiento de
las familias del viejo campo familiar con las actividades que le eran propias y que nucleaban a las familias que
seguían su trabajo en el campo por generaciones.
Hoy los grandes empresarios se encuentran
viviendo en las ciudades a cientos de kilómetros de sus campos con producciones
sojeras o de alguna otra producción rentable o en algún caso ganadera, avícola
o frutihortícola para exportación o consumo interno. Sabemos que el campo es
una de las fuentes de ingreso de divisas más importantes del país.
Si pensamos a la educación como uno de los
pilares de toda sociedad desarrollada, sabemos que la concepción ambientalista
se estudia en las escuelas en todos los niveles (o debería hacerse) y poco
tiene que ver con lo que se observa en la realidad ambiental que viven las
familias a pesar que existen leyes que refieren al tema.
Hubo bombas atómicas que destruyeron
vidas, sociedades y espacios naturales, hubo represas ( Asuán) que cambiaron no
sólo el curso de un río sino que introdujeron especies exóticas y modificaron
el ambiente del Río Nilo, enfermaron sociedades y trajeron hambruna a las
poblaciones que vivían a la vera del mismo.
Hoy sabemos que las ciencias se han
amalgamado cual un concierto de notas que deben llevar un ritmo a tiempo, de lo
contrario se nos corre el eje de la Tierra, los ríos discurren de manera
diferente provocando catástrofes e inundando zonas fértiles y pobladas, los
sismos están en plena efervescencia y actualidad, países de América -México por
ejemplo- con las ya sabidas consecuencias de olas gigantescas que afectan
poblaciones costeras y réplicas nefastas para las poblaciones del lugar
afectado.
Hoy los biólogos marinos son los grandes
estudiosos de los mares y son los que detectan la devastación ictícola de los
mismos a manos de países que cruzan los límites en forma impune. Nada los
detiene. La comunidad científica ve con asombro que si las ciencias no se unen
para trabajar por el bien común de nuestra casa que habitamos llamada “Tierra”,
poco tiempo de vida nos quedará.
El ambiente es el todo, es nuestro suelo,
nuestro aire, nuestra flora, nuestra fauna y la interacción entre todos. El
ambiente sin agua, muere. El cuerpo humano está compuesto por el 70% de agua.
El ambiente con fertilizantes dañinos destruye
microorganismos, plantas, animales. En síntesis, destruye o desequilibra la
cadena alimentaria. El hombre se debe alimentar y debe tener salud. La salud se
logra viviendo en un ambiente sano y sustentable donde estén equilibrados los
recursos. Estar sano no significa no estar enfermos sino que significa vivir en
un ambiente saludable en armonía y con todas las necesidades básicas
satisfechas (alimentación, vivienda, vestimenta, educación) en un ambiente sano
y que sea sustentable con todos los recursos energéticos, hídricos,
alimentarios, etc.
El ambiente rural se caracteriza por una
rápida y creciente alteración del ecosistema, la deforestación avanza inexorablemente,
los animales se extinguen, se comercializan e introducen especies exóticas.
¿Sabemos que los árboles y la vegetación
en general son los productores de oxígeno?
¿Sabemos que para respirar necesitamos
oxígeno?
¿Sabemos que los animales necesitan oxígeno
para respirar?
¿Sabemos qué es el efecto invernadero o
porqué aumentan las temperaturas cada vez más?
¿Somos conscientes que se quema la
vegetación en las Islas del Delta del Paraná y este fenómeno está dañando el
ambiente y la salud de las personas en nuestra provincia y las linderas?
¿Sabemos que debido a este hecho y otros
tantos causados por el hombre destruyen los humedales en nuestra provincia?
¿Somos conscientes de que en Entre Ríos
hay lugares que ya no son sustentables?
¿Sabemos que en Entre Ríos hay zonas que
la gente enferma gravemente y muere y se sabe cuál podría ser la posible causa?
Respecto a la educación ¿Estamos
informados sobre la posibilidad de cierre de escuelas ante la falta de alumnos
porque sus familias han emigrado a las ciudades sin una causa justificada?
¿Tenemos algún relevamiento en Entre Ríos
sobre el alejamiento de niños y adolescentes de las escuelas y de sus posibles
causas?
Esta
última cuestión planteada, ¿tiene que
ver con decisiones familiares en búsqueda de mejoras laborales o será que en
determinados lugares ya no se encuentran ambientes sustentables y saludables?
¿Tenemos conocimiento que se usan pesticidas en los campos de Entre Ríos que matan las plagas y también hacen daño a la salud humana?
Dejo preguntas sin respuestas pero sí, alguna afirmación:
Si el
conocimiento es poder y también sabemos
que las ciencias no pueden actuar aisladamente sino que el mundo habla de la transdisciplinariedad (estudio entre múltiples ciencias), se supone
entonces que todos debemos aportar desde los distintos saberes para evitar las
grandes concentraciones poblacionales, las concentraciones de poder y así transitar en un proceso necesario y urgente para transformar las ciudades, los pueblos y
lugares en ambientes sustentables y saludables para que las próximas generaciones puedan ser educadas
en esta provincia y puedan desarrollar su máximo potencial en la misma.
Hay más preguntas sin respuestas que cuestiones
de las tratadas aquí que todavía no han sido resueltas.
**Investigadora
en Ciencias Sociales y en Ciencias de la Salud
**Doctoranda
en Ciencias de la Salud
**Especialista
en Educación Superior y Nuevas Tecnologías
**Especialista
en Políticas y Programas Socioeducativos
**Diplomada
en Neurociencias Internacionales
**Especialista
en Relaciones Internacionales
Fuentes consultadas
-Brailovsky,
Antonio Elio. Ésta, Nuestra única Tierra. Introducción a la Ecología y el Medio
Ambiente. Maipue. Buenos Aires. 2013.
-Manes,
Facundo; Niro, Mateo. Usar el cerebro. Conocer nuestra mente para vivir mejor.
Libros del Zorzal. Planeta. CABA. 2014.
[1] IIiia Prigogine, Premio Nóbel de Química
1977, en Encuentro Interisciplinario . Nuevos Paradigmas , Cultura y
Subjetividad”, Buenos Aires, octubre 1991