Por Hugo Enrique Perez
La República Argentina requiere del diseño de una Nueva Estrategia para el Desarrollo y la Transformación de su realidad naviera y de la industria naval. Una tarea que demandará la participación de nuevos actores políticos con capacidad «de ver a través de la montaña», con visión prospectiva y un acabado conocimiento de la realidad internacional.
En el Plenario ampliado de la FEMPINRA realizado el 29 de julio último en la ciudad de Concepción del Uruguay, Juan Carlos Schmid, titular de dicha federación de sindicatos marítimos, portuarios y de la industria naval se refirió al puerto de Concepción del Uruguay como ejemplo de lo que ocurre en la Argentina, «parecen detenidos en el tiempo, tienen la misma infraestructura, las mismas avenidas, los mismos accesos, no se observa ningún progreso. ¿Saben por qué pasa eso? Porque no hay políticas, porque hay ausencia de políticas». Y cuestionó tajante el dirigente sindical, «la política se debate en cuestiones que no son estratégicas».
Al
respecto debemos señalar que ocho años atrás, en el 2014, el mismo Schmid
señalaba sobre la Argentina y su Marina Mercante «si uno no tiene un Plan adonde ir, seguramente, caerá en la estrategia
del otro».
En segunda instancia, trascendió
en el ambiente naviero argentino sobre la posibilidad de que una serie de
remolcadores de empuje estarían siendo llevados desde el Registro Nacional de
Buques de la República Argentina hacia la bandera del Paraguay. Incluidos
los de una empresa de origen sindical y capitales nacionales; siguiendo el camino de empresas como Maruba
y Atria, que ya optaron por el registro de buques paraguayo.
Esto nos permitiría afirmar
que si desde la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante de
la República Argentina se mantiene el rumbo actual, inexorablemente, estaremos
asistiendo a la defunción de nuestra Marina Mercante en el corto plazo.
Debemos señalar, además, cómo
la Ley 27.419 de «DESARROLLO DE LA MARINA MERCANTE NACIONAL Y LA INTEGRACIÓN
FLUVIAL REGIONAL» fue malograda en sus artículos más importantes debido al veto
promovido por Nicolas Dujovne – durante la administración Macri-, que guiado
por una mirada ortodoxa y fiscalista, terminó afectando esta norma. A lo que
debemos señalar que al día de la fecha, hay 44 artículos de dicha norma sin
reglamentar – transcurrieron ya 7 años y 2 administraciones gubernamentales sin
resultados a la vista -.
Tampoco nada se hizo desde el
gobierno nacional con las normas y reglamentaciones que constituyen verdaderos
costos ocultos y que menoscaban el funcionamiento de la navegación de cabotaje
nacional - marítima y fluvial -. Todas cuestiones que van más allá de la
malograda ley y demuestran esa falta de estrategia.
Beafreu sostenía que «la Estrategia es un medio de acción política» que debe provenir del más
alto nivel de decisión que, en este caso, es el gobierno nacional. Por ello, es
que debemos aclarar que no es
responsabilidad de empresarios ni de dirigentes gremiales desarrollarla, aunque
sí deberían ser llamados a participar de la confección de la misma.
Fue
durante el gobierno del desarrollista Arturo Frondizi, en 1960, que por ley se
crea la Empresa Líneas Marítimas Argentinas
– ELMA -, como consecuencia de la fusión entre las empresas estatales Flota
Mercante del Estado y Flota Argentina de Navegación de Ultramar; esta última
comprada por el Estado Nacional a la Compañía Marítima Dodero SA en 1952
durante el gobierno de Juan Domingo Perón.
Fueron en esas dos
administraciones gubernamentales en las que Argentina tuvo sendas estrategias
de desarrollo naviero y desde ese momento a la fecha transcurrieron algo más de
60 años en que nuestro país no volvió a tener una estrategia – concepción - de
desarrollo de la Marina Mercante y mucho menos un Plan – diseño del gran
objetivo nacional -, solo se aplicaron
medidas aisladas y ¿al boleo?.
El error, claramente, consistió en confundir Estrategia con Táctica y así mientras nuestros
vecinos de la República del Paraguay y la República Oriental del Uruguay
consolidan sus estrategias navieras, los funcionarios políticos argentinos
siguen durmiendo la siesta. En tanto que nuestra marina mercante está en
peligro de extinción; vamos con rumbo de colisión al iceberg.
La nueva realidad
internacional surge de las consecuencias de la guerra de Ucrania que está
reconfigurando las relaciones internacionales. Ello podría conducirnos a la
aparición de nuevos bloques geopolíticos que los argentinos deberemos conocer y
comprender para así diseñar una Nueva Estrategia que será base para el
renacimiento de la Marina Mercante Nacional.
En
tal sentido y siguiendo el pomposo título de la malograda ley de marina
mercante en cuanto a «INTEGRACIÓN FLUVIAL REGIONAL»; esto nos obliga a abordar
el tema fluvial en CLAVE REGIONAL. Es que todas las vías navegables
relacionadas con la Argentina son administradas en forma conjunta con otros
países: los ríos Paraná y Paraguay a través del Acuerdo de Transporte Fluvial
signado junto a Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia; el río Alto Paraná por un
acuerdo binacional con Paraguay y los ríos de la Plata y Uruguay por un acuerdo
de administración conjunta con nuestros hermanos uruguayos.
En el marco de una Nueva
Estrategia, se debe contemplar cual será
el rol del sindicalismo marítimo, portuario y de la industria naval.
Consideramos que se debe dar un salto
cualitativo, consistente en pasar de un
sindicalismo de protesta a un sindicalismo de ideas, capaz de aportar propuestas y proyectos que redunden en un
beneficio de todos y que sepa conciliar el capitalismo con lo social.
Hay una cuestión
que debemos destacar y es que en el
marco del Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraná Paraguay somos
el único país que carece de Marina Mercante. Por qué ocurre esto? Porque «algo o alguien no nos permite a los
argentinos, desarrollar nuestra Marina Mercante Nacional»; o bien, «algo o alguien, en la Argentina, está
haciendo mal las cosas».
Creemos
que no siempre la culpa es de los otros, por ello, los argentinos no debemos
repetir los mismos errores ni poner al frente de las gestiones y del diseño de
las Estrategias a aquellos actores políticos que ya demostraron su fracaso,
dejándonos en la actual situación de crisis, de cuasi extinción de nuestra Marina Mercante Nacional.
Políticamente,
si queremos desarrollar y transformar nuestra REALIDAD y así obtener los
mejores RESULTADOS, debemos trazar un nuevo rumbo y poner al frente del buque a
una nueva tripulación.
El diseño de esa NUEVA
ESTRATEGIA demandará de la participación de nuevos actores políticos capaces «de
ver a través de la montaña», con visión prospectiva y conocimiento de la
realidad internacional; de lo contrario, los argentinos seguiremos sufriendo la
misma realidad, es decir, navegando a la deriva, sin rumbo fijo y a merced del
viento y de la corriente…dicho de otra manera, seguiremos cayendo en las
estrategias de los otros.
El autor es
•
Capitán Fluvial de la Marina Mercante Nacional
•
Licenciado Universitario en Seguridad Marítima, en “Instituto
Universitario de Seguridad Marítima” de la Prefectura Naval Argentina.
Posee Diplomaturas en
•
“Desarrollo Portuario y Vías Navegables” en Universidad Nacional de
Rosario
•
Inteligencia Estratégica en Universidad Católica Argentina (UCA)
•
“Desarrollo Local, Territorial y de Economía Social” en la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
•
“Desarrollo, Políticas Públicas e Integración Regional”, en Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).