jueves, 6 de febrero de 2025

“Hidrovías para la Transformación y el Desarrollo Regional”




Por Hugo Enrique Pérez

Hay quienes consideran que cuando una cuenca hidrográfica es dotada de infraestructura y de servicios de transporte cumpliendo con una serie de requisitos que hacen a la seguridad y a la navegación, debe ser considerada una “Hidrovía”.

Sin embargo, creemos que este es un tema que debe ser abordado con una mirada heterodoxa y desarrollista para definir así definir a una “Hidrovía”. Asimismo, debemos considerar que nuestro país comparte la administración por vía diplomática de cinco vías navegables estratégicas: los ríos Paraná, Paraguay, De la Plata, Uruguay y Alto Paraná.

Por ello, la problemática fluvial de los argentinos debería ser analizada y abordada en “Clave Regional” dado que las cinco vías navegables señaladas en el párrafo anterior son compartidas no solo geográficamente, sino que, además, a través de tratados internacionales que definen los alcances de su administración.

En el caso de la vía navegable Paraguay – Paraná mediante un tratado internacional que involucra a cinco países –Argentina, Paraguay, Bolivia, Brasil y Uruguay–, el Alto Paraná, por su parte, entre nuestro país y los paraguayos y los ríos de la integración binacional argentino-uruguaya, los ríos Uruguay y De La Plata.

Por ello, es que afirmamos que la problemática fluvial de Argentina debería ser estudiada en “Clave Regional” y desde la perspectiva en que la CEPAL concibe a la “Integración Regional”: como un “proceso multidimensional, cuyas expresiones incluyen iniciativas de coordinación, cooperación, convergencia e integración profunda, y cuyo alcance abarca no solo las temáticas económicas y comerciales, sino también las políticas, sociales, culturales y ambientales”.

Si aplicáramos el alcance de este concepto al desarrollo de las vías navegables en las que está involucrada la República Argentina debemos afirmar que para que dichos ríos puedan ser considerados, desde una mirada desarrollista - productivista, como “Hidrovías”; la operatoria naviera-fluvial tendría que experimentar un salto cualitativo. Es decir, superar el concepto de desarrollo económico y adentrarse, además, en el plano social, educativo, de infraestructura, ambiental, turístico y laboral fluvial, entre otros.

Una Hidrovía no solo debería ser un río en óptimas condiciones de ser navegado comercialmente con una adecuada profundidad, balizamiento y ayudas a la navegación en funcionamiento pleno, sino que, además, debería ser capaz de permitir la ejecución de proyectos regionales en el campo educativo, de la salud y un mejor aprovechamiento de las potencialidades productivas regionales.

El desafío consistiría en superar el concepto unidimensional que une al río con la actividad estrictamente comercial; esto implica superar el viejo concepto de río/comercio, típico de una concepción unidimensional y dar un salto cualitativo para que las vías navegables puedan ser consideradas como “Hidrovías”.

Esto conlleva la necesidad de recurrir a una concepción multidimensional que tenga en cuenta a la producción, el transporte, el medio ambiente, la cultura, lo sociolaboral fluvial y en cuestiones tan importantes como debe ser la socialización de la riqueza.

Siguiendo estos lineamientos, se hace necesario destacar que para que un río se convierta en una “Hidrovía”, debería tener que contener dentro de sí, tres aspectos fundamentales: Político - Sociales, Económicos y Ambientales.

·         El aspecto Político - Social implica tener Nuevas fuentes de ingresos y empleos; Aumento del PBI y su impacto social; Mayor desarrollo educativo y en Sistemas de salud, Fortalecimiento de la Integración Transfronteriza.

 

·         En lo que se refiere al aspecto Económico, debería tener que alcanzar el concepto de Mejoramiento de la competitividad a través de un Plan de Transporte Multimodal; Generación de economías de escala; Reducción de costos logísticos y fletes; mejor inserción internacional y acceso a nuevos mercados y polos de desarrollo.

 

·         En tanto que en cuestiones Ambientales: Menor contaminación; Transporte más seguro; Bajo índice de accidentes; Bajo consumo de energía y combustibles; Menor polución y ruido generado; Menor congestión del transporte

Así las cosas, el desafío consiste en que se pueda dar un salto cualitativo para que el río / vía navegable sea considerado “Hidrovía”. Es aquí adonde entra en juego, en acción, la denominada “Clave Política”.

Para ello, la República Argentina debería instalar a través de su administración gubernamental una serie de Políticas Públicas, con un sesgo heterodoxo, desarrollista, profundamente cristiano que valoricen al ser humano, que tengan al cuidado del ambiente fluvial y costero como una prioridad; así, finalmente, lograremos que las vías navegables –los ríos– devengan en “Hidrovías”.

El gran objetivo nacional debería ser que las Hidrovías de la República Argentina estén al servicio del Desarrollo Productivo nacional.

 

El presente escrito forma parte del libro «El Río Uruguay…la llave que nos abre las puertas al Desarrollo» forma parte de la Colección Estrategia del Instituto de Publicaciones Navales que funciona en la esfera del Centro Naval.