Vivimos entre las sombras, producto de nuestros propios fantasmas que nos acompañan a lo largo de la vida luego de tantas batallas perdidas contra aquellos que solo buscan manejarnos para poder llevar adelante sus planes sin que nadie se interponga en el camino.
Por eso nos resulta tan difícil salir de este circulo vicioso que nos mantiene inmóviles y descreídos de que podemos transformar nuestra realidad.
Somos el producto de nuestros propios miedos y dudas que nos hacen pensar que para que arriesgar si en la comodidad de lo conocido estamos resguardados.
Todos tenemos temor a lo desconocido aun sabiendo que algo mejor es posible de logra, pero no queremos arriesgar a perder.
Y ahí es donde la oscuridad nos hace prisionero y ya no somos capaces de pensar con motivación y esperanza,
perdemos la luz que nos guía y quedamos en absoluta inmovilidad a merced de quienes manejan nuestros destinos sin ningún escrúpulo.
Pero hemos sido nosotros en nuestra comodidad relativa, los que hemos cedido el poder para que otros construyan nuestras vidas, algo que es inentendible, renunciamos al derecho de ser quien debemos ser.
A pesar de todo esto no hay nada que detenga los finales de ciclo,
Así como cuando se va el duro frío del invierno dejando todo arrasado y luego llega la primavera que vuelve a pintar de vida campos y flores,
así la vida termina sus ciclos mas oscuros para dar lugar a nuevos ciclos donde la vida nace en esperanza.
Seamos capaces de reconocer la necesidad de aportar y poner nuestra capacidad al servicio de los nuevos tiempos y confiar de que ocurrirán.
Nada es para siempre y los cambios o los provocamos o se producen por su propio peso.
Seamos conscientes y estemos preparados para sembrar en tierra fértil una vida de prosperidad y justicia.
Jorge Sittoni